¿Qué hacer si tengo caries?
Las caries son el problema de salud bucal más frecuente en la población, pues pueden afectar incluso a los dientes de leche de los más pequeños. Sin embargo, tal vez por lo frecuente que es presentar alguna caries o porque su evolución suele ser lenta, mucha gente tiende a ir aplazando la visita con el odontólogo mientras la caries avanza y puede llegar a comprometer la pieza.
Conseguir una sonrisa bonita requiere tener una boca sana, algo que puedes conseguir con higiene diaria y la ayuda de un especialista. Si necesitas tratar una caries en Logroño o necesitas un tratamiento de estética dental y te encuentras en los alrededores, en ISO Clínica estaremos encantados de atenderte y aconsejarte.
En nuestra clínica dental en Logroño trabajamos con niños y con adultos, ofreciendo servicios extra para pacientes con necesidades especiales, como puede ser la sedación consciente.
¿Cómo sé que tengo una caries?
Uno de los grandes problemas con las caries es que son asintomáticas mientras son leves. La tinción negra o marrón característica o el pequeño hueco delator puede estar una zona que no ves, y si no tienes la costumbre de realizar al menos una revisión rutinaria, cuando notes síntomas de caries ya puedes necesitar una reconstrucción de la pieza o un tratamiento más drástico.
Estos síntomas, además de la coloración oscura que pueden no ver, se confunden a menudo con los de la sensibilidad dental. Por este motivo, nuestro consejo es que, ante la duda, acudas a una revisión sin compromiso.
Las señales que te avisan de que podrías tener una caries y no incipiente, son las siguientes:
- Hipersensibilidad o dolor al consumir alimentos fríos o calientes.
- Dolor o molestias al masticar ciertos alimentos, en general lo que son muy duros y los muy pegajosos. Este dolor al masticar podría estar causado también pro un problema de encías, algo que tu dentista determina al momento.
- Pinchazos repentinos en una pieza o dolor sin motivo aparente.
¿Por qué me ha salido una caries?
La formación de caries es consecuencia del ataque continuado de la placa dental, una serie de bacterias que viven en nuestra boca, al esmalte. Debes ser consciente de que, en general, cuando aparece una caries, es posible que haya varias en camino porque el ataque de los ácidos de la boca a los dientes sucede en todas las piezas, aunque sea peor en zonas de difícil acceso durante la higiene dental diaria.
Las bacterias de la placa bacteriana se alimentan de azúcares que quedan en la boca, produciendo ácidos como resultado del catabolismo de los azúcares. Estos ácidos reducen el pH de la saliva y hacen vulnerable el esmalte, como también sucede cuando eres fumador o consumes alcohol de manera habitual.
Un esmalte que es continuamente atacado es más fácil de romper y de colonizar, si pensamos por un momento como bacterias. Y es que las bacterias de la placa bacteriana no se alimentan de nuestro esmalte, pero sí agradecen el refugio que les brindan las erosiones en el mismo y los huecos en las piezas dentales, pues allí es difícil que llegue el cepillado, incluso el enjuague.
Además, problemas de descalcificación y el consumo de ciertos medicamentos pueden debilitar tu esmalte y hacerlo menos resistente a las caries. En estos casos, la evolución de una caries desde que traspasa el esmalte hasta que alcanza la dentina puede ser vista y no vista, así como aumenta el riesgo de que se fracturen piezas por el simple hecho de masticar alimentos duros.
¿Cómo evitar las caries?
Si tu esmalte se ve comprometido por alguna enfermedad o tratamiento farmacológico, lo más probable es que tu odontólogo te recomiende realizar las revisiones rutinarias más de una vez al año, para detectar las caries que se vayan formando mientras se puedan solucionar eliminando el tejido dañado y rellenándolo con composite.
En todos los casos, buena parte de la prevención de la caries está en tu mano, nunca mejor dicho: con el uso diario del cepillo dental o manual, un dentífrico adecuado a tus necesidades particulares, seda dental y, si procede, un enjuague.
Acostúmbrate a cepillar los dientes tras cada comida y también a hacerlo cuando consumes algo dulce o ácido entre horas. Acostumbra a llevar contigo un kit de higiene bucal en miniatura y, si un día se te olvida, al menos enjuaga la boca con agua. Para esos despistes ocasionales, puede ser bueno mascar un chicle con xilitol, aunque dependiendo de si tienes muchos empastes o fundas, a veces hace más mal que bien a largo plazo.
Si necesitas conocer el estado de tu boca o cómo cuidarla cuando ya sufres cierto problema, pide cita con un dentista en Logroño. Recuerda que en nuestra clínica también nos ocupamos de tratamientos estéticos que complementan la salud dental, porque, una vez libres de caries y de problemas gingivales, ¿a quién no le gusta lucir una sonrisa con dientes blancos y bien alineados?